Reformar una casa puede llegar a ser estresante.
A lo mejor nos equivocamos, pero apostaríamos algo a que tienes algún amigo, o conoces al amigo de un amigo, que no guarda buenos recuerdos de alguna experiencia relacionada con una reforma.
Son tantos los factores que intervienen en una obra, que las probabilidades de que algo pueda salir mal están ahí.
Otras en cambio, van como la seda.
Antonio, al que ayudamos con la rehabilitación de su cocina, nos dijo al terminar la obra: “Tenía tanto miedo antes de la reforma por mis experiencias anteriores, que cuando una vecina me habló de vosotros, no miré nada más. Y no me arrepiento.”
¿Será por eso que hemos llegado a escuchar, que casi es tan importante conocer a un buen reformista como tener un buen abogado?
Como dijimos al principio, una reforma puede ser estresante. Pero hay situaciones en las que hacer obras en casa es algo necesario, incluso inevitable.
Veamos 3 ejemplos.
Más del 40 % de nuestros clientes buscan casa o piso para reformar. Saben que tienen más posibilidades de encontrar una vivienda que se adapte a sus necesidades y a un precio más asequible.
Como es lógico, esta fórmula tiene sus desventajas. Pero también supone una gran ventaja: una vez finalizadas las obras, entran a vivir en una vivienda prácticamente nueva y diseñada a su gusto.
Es habitual que pequeños y medianos inversores dediquen parte de sus ahorros a la compra de una vivienda a reformar.
La idea es sencilla: encontrar un piso o una casa con posibilidades y adaptarla a las necesidades del mercado, para posteriormente alquilarla o venderla.
La diferencia más importante respecto a comprar una vivienda que necesita obras, es que para un inversor la reforma suele ser un proceso mucho más sencillo, puesto que no está esperando para entrar a vivir en ella.
El tercer ejemplo de reforma más habitual sucede cuando tu propia casa se queda antigua y surge la pregunta: ¿reformo, o vendo y cambio?
Vender es una opción interesante, puesto que puede ser la oportunidad de cambiar a una casa que se adapte mejor a tus necesidades actuales.
Pero si te gusta tu casa, quieres seguir viviendo en el mismo barrio y no te planteas un cambio a medio o largo plazo, reformar parece la solución más interesante.
Si es tu caso, nos gustaría invitarte a seguir leyendo.
Hemos preparado una sencilla guía con los principales errores que muchos propietarios cometen al reformar su casa.
Los siguientes errores están basados en nuestra propia experiencia. En Grupo Rubisán llevamos muchos años dedicándonos a las reformas y a la construcción en Elda, y tenemos muy claro cómo se debe afrontar una reforma, y cómo no.
Está muy bien confiar en profesionales y pedir asesoramiento. Al fin y al cabo, tienen más experiencia y, probablemente, puedan darte buenas ideas.
Pero antes de empezar a buscar empresas de reforma, mira catálogos, busca fotos en internet, recopila ideas y prepara una lista con lo que quieres para tu casa. Algo así como un tablero de inspiración.
Hacerlo te ayudará a mantener tu presupuesto inicial y evitará que acabes reformando la casa entera, cuando lo único que necesitabas era cambiar las racholas del baño.
Ahora que tienes claro lo que necesitas, es hora de empezar a buscar una empresa que lleve a cabo el proyecto.
Nuestra recomendación es que bases la búsqueda en 3 aspectos: proximidad, precio y sensaciones.
Se habla mucho de los productos de proximidad, pero ¿por qué no hacer lo mismo con los servicios?
Las sensaciones son clave. Vas a pasar semanas, a veces meses, tratando con personas que van a desmontar tu casa para luego volver a montarla. ¿No crees que sentirte a gusto con ellas es algo importante?
Por último, el precio.
Siempre que sea posible, pide al menos 3 presupuestos. Compáralos de forma objetiva e intenta entender por qué uno es más barato que otro.
Fíjate en los vinos. A veces el más caro no es el que te gusta más, pero al más barato suele faltarle algo.
En una reforma suelen salir imprevistos. Tenlo en cuenta cuando prepares tu presupuesto. Reserva una parte de tu presupuesto para las “sorpresas” que puedan surgir durante las obras.
Hace poco reformamos en Elda la casa de Juan y Alicia. El proyecto consistía en cambiar los suelos de todas las estancias y reparar algunos desperfectos en el techo.
Con el suelo ningún problema, pero al llegar al techo nos dimos cuenta de que la instalación eléctrica no se había actualizado desde hacía años.
Si arreglábamos el techo sin actualizar la instalación, más tarde o más temprano los propietarios tendrían que haber vuelto a abrir el techo nuevo para solucionarlo.
Como habían guardado un “rinconcito” para imprevistos, pudimos dejarlo todo listo: ese techo no se volvería a tocar en años.
No hace falta que te digamos lo importante que es firmar un contrato con tu empresa de reformas.
El contrato garantiza el cumplimiento de los derechos y obligaciones de ambas partes, y entre las obligaciones hay una especialmente importante que no siempre se tiene en cuenta: la fecha de fin de proyecto.
Una de las claves para que la reforma de una casa acabe bien, es que sea una persona experimentada la encargada de supervisar a cada uno de los profesionales que participen en dicha obra.
Puede que te plantees contratar por separado al electricista, al pintor, al albañil o al fontanero, y dirigir el trabajo por tu cuenta.
Pero una buena organización del trabajo es fundamental si quieres que a obra acabe lo antes posible y que el resultado sea óptimo.
Si has decidido contratar una empresa para que se encargue de todo, trata tus dudas con el jefe de la obra. Él o ella se encargará de trasladar tus dudas y quejas al resto del equipo.
Cada empresa de reformas tiene su propio sistema de cobros. Pero nuestra recomendación es que evites pagar el 100 % del trabajo por adelantado.
Para nosotros, la fórmula más lógica, es pagar una parte al principio, otra más o menos al llegar a la mitad del trabajo, y un pago final siempre que se hayan cumplido los plazos y la obra esté terminada.
Siempre que sea posible, consulta opiniones de otras personas que ya hayan trabajado con la empresa que quieres contratar.
Esto es algo bastante fácil cuando la empresa está en internet. Solo tienes que buscar reseñas en plataformas como Google o Trustpilot.
En caso contrario, si nos has hecho caso y has optado por contratar una empresa de proximidad con sede en tu municipio, seguro que preguntando un poco encuentras algunas referencias.
Si ninguna de las dos opciones anteriores es posible, algo que puedes hacer es pedirle a la empresa de reformas que te enseñe alguno de sus proyectos anteriores.
De esa forma podrás hacerte una idea de su forma de trabajar.
Siguiendo estos 7 sencillos consejos, ahorrarás tiempo y problemas en la reforma de tu vivienda. Pero lo más importante es armarse de paciencia y no olvidar que, cuando todo acabe, tendrás muchos años por delante para disfrutar de tu nuevo hogar.
Planifica bien. Si vas a estar algunas semanas sin cocina, vacía nevera y congelador con tiempo para no tener que tirar comida a la basura.
Si lo que toca cambiar es el baño, puedes ducharte durante algunas semanas en el gimnasio del barrio. Siempre te saldrá más barato que un hotel, y además puedes aprovechar para hacer un poco de ejercicio.
Pero sobre todo, dedica tiempo a elegir la empresa de reformas con la que vas a trabajar.
Como siempre, si te surgen dudas o preguntas, escríbenos en la sección de comentarios. Siempre contestamos.
Hasta la próxima semana.